Tomás, el payasito Preventino: policía de Tlajo que lleva un mensaje de prevención

Boletín Informativo
Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. Viernes 29 de agosto de 2025
Tomás, el payasito Preventino: policía de Tlajo que lleva un mensaje de prevención
El oficial, con sensibilidad y esperanza, comparte un consejo para quienes enfrentan adversidades
El payasito Preventino de la Policía de Tlajomulco no es solo un personaje: es el puente que une a los niños con valores y esperanza. Detrás de la nariz roja y las sonrisas está Tomás Acosta Gutiérrez, un policía de línea del área de Proximidad Social, quien a sus 49 años, casado y padre de dos hijos, lleva más de una década tocando vidas con su labor.
Desde hace 16 años Tomás porta el uniforme con orgullo, 13 de ellos los ha dedicado a servir en Tlajomulco. Su vocación por proteger a los demás nació cuando trabajaba como guardia de seguridad privada en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, donde descubrió su pasión por «vigilar, cuidar y servir». Fue entonces cuando decidió dar un paso más y unirse a la policía de Ixtlahuacán de los Membrillos, donde laboró durante tres años.
Pero Tomás no se conformó solo con patrullar. Cuando llegó al área de Prevención del Delito, su creatividad floreció: primero con títeres que daban charlas a los niños, y después, con una idea más audaz e inspiradora: dar vida al payasito Preventino.
«Me puse a ver videos con canciones de payasos como Cepillín y poco a poco fui agarrando ideas, para llevar al mensaje a través de juegos y dinámicas a los niños, para que aprendan los valores, porque ahorita desgraciadamente ya no se habla mucho de los valores, no se habla del respeto y la honestidad, que son muy importantes y que ellos tienen que aprender para su desarrollo».
Inspirado en los discos de Cepillín que sonaban en cada uno de sus cumpleaños, Tomás construyó a Preventino con colores y maquillaje que evocan aquellos recuerdos felices de su niñez. «De ahí viene una idea de los colores y el maquillaje que tiene el personaje», comparte, con una sonrisa orgullosa.
Compartió que al principio, su familia sentía algo de pena al verlo caracterizado, pero con el tiempo comprendieron la importancia y el impacto de su misión.
Si la vida no lo hubiera llevado a ser policía, confiesa que le habría gustado ser maestro de preescolar. «Porque le tengo mucha paciencia a los niños chiquitos y como que tengo imán, me hacen preguntas con mucha confianza. Me gusta mucho porque yo estoy interactuando con los niños y las niñas, dando pláticas; pienso que estoy en el lugar adecuado, llevándoles un regalo».
Su carácter extrovertido y su calidez natural le han permitido conectar con los pequeños de una forma especial. Con sensibilidad y esperanza, comparte un consejo para quienes enfrentan adversidades:
«Quizá a algunos niños y niñas no les ha tocado tener las mismas circunstancias de vida que otros niños, pero quiero recomendarles que no estén cargando con el miedo y la vergüenza para que se puedan superar y hacer infinidad de cosas. Les aconseja que se preparen, que vayan a la escuela, que sean resilientes en caso de que estén viviendo en una situación complicada, para que eso pueda cambiar».
Antes de despedirse, Preventino lanza un mensaje a los padres y madres, con la misma ternura que muestra a los niños: «yo sé que hay que llevar dinero a casa, pero también hay que darles tiempo a los hijos, ya sea poquito o mucho, pero que sea un tiempo para ellos, con mucho amor y comunicación».
En cada presentación, con cada juego y carcajada, Tomás —o mejor dicho, Preventino— siembra semillas de amor, respeto y esperanza en los corazones de los niños de Tlajomulco, para encauzarlos al deporte, la cultura, la educación o cualquier actividad que los aleje de actividades y sustancias ilícitas. Porque para él, ser policía no solo es cuidar las calles, sino también construir un futuro mejor, uno lleno de valores y sonrisas.